usual, es decir, como algo que conviene “propiamente” al juicio, y además se apela a Aristóteles en favor de esta tesis, no sólo esto último es injustificado, sino que, también y sobre todo, el concepto griego de verdad queda malentendido. “Verdadera”, en sentido griego, y más originariamente que el λόγος, es la αἴσθεσις, la simple percepción sensible de algo. La αἴσθεσις apunta siempre a sus ἴδια, es decir, al ente propiamente accesible sólo por ella y para ella, como por ejemplo el ver a los colores, y en este sentido, la percepción es siempre verdadera. Esto significa que el ver descubre siempre colores y el oír descubre siempre sonidos. “Verdadero” en el sentido más puro y originario —e.d. de tal manera descubridor que nunca puede encubrir— es el puro νοεῖν, la mera percepción contemplativa de las más simples determinaciones del ser del ente en cuanto tal. Este νοεῖν no puede encubrir jamás, jamás puede ser falso; podrá ser a lo sumo, una no‐percepción, un ἀγνοεῖν, insuficiente para un acceso simple y adecuado.
(34) Lo que no tiene ya la forma de realización de un puro hacer ver, sino que al mostrar algo recurre cada vez a otra cosa, y de este modo hace ver algo como algo, asume, junto con esta estructura sintética, la posibilidad del encubrimiento. Pero, la “verdad del juicio” es sólo la contrapartida de este encubrimiento —e. d. un fenómeno de verdad múltiplemente fundado. Realismo e idealismo desconocen con igual radicalidad el sentido del concepto griego de verdad, que es la base indispensable para comprender la posibilidad de algo así como una “doctrina de las ideas” como conocimiento filosófico.
Y, como la función del λόγος no consiste sino en hacer que algo sea visto, en hacer que el ente sea percibido [Vernehmenlassen des Seienden], λόγος puede significar también la razón [Vernunft]xlviii. Y como, por otra parte, λόγος se usa no sólo en la significación de λέγειν, sino también en la de λεγόμενον (de lo mostrado en cuanto tal) y este último no es otra cosa que el ὑποκείμενον, e.d., lo que ya está siempre ahí delante como fundamento de toda posible interpelación y discusión, el λόγος designará, en tanto que ὑποκείμενον, el fundamento o razón de ser, la ratio. Y, como finalmente, λόγος qua ὑποκείμενον puede significar también aquello que en el hablar es considerado en cuanto algo, aquello que se ha hecho visible en su relación con algo, en su “relacionalidad”, el λόγος recibe entonces el significado de relación y proporción.
Esta interpretación del “decir apofántico” basta para la aclaración de la función primaria del λόγος.
C. El concepto preliminar de la fenomenología
Si nos representamos concretamente lo que se ha alcanzado en la interpretación de los términos “fenómeno” y “logos”, saltará a la vista la íntima relación que
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